Ella vivía en un mundo repleto de amigos. Tenia casi mil personas que todos los días le saludaban, charlaba un momento con uno, otro con otro. Se intercambiaban toques, guiños y un sin fin de emociones.
Era tan dichosa, estaba segura que nadie tenía amigos como aquellos. Además, no había día que no conociera a alguien que se sumara a su larga lista.
Pero, la desgracia llego a su vida aquella mañana al despertar y comprobar que su ordenador no funcionaba. ¿Qué iba a ser de ella? En aquella caja estaba su vida, todos sus amigos y amigas. “No es justo” se decía, “estoy sola”. Si estaba sola, de un plumazo se fue la realidad virtual y vino la realidad diaria.
Bajó a la calle con su caja de amistades y camino sola entre la multitud, en busca de un Mago del Silicio.
1 comentario:
Hay que saber diferenciar la vida de la cajita y la vida real, yo prefiero tener amigos en todos los sitios!!
Besicos
Publicar un comentario