OLORES NOCTURNOS

Me gusta escribir de noche. El silencio es mi aliado para poder dejar mi imanación volar. La ausencia de ruido me motiva.
Y es la noche de quien quiero hablar. La noche y el tabaco. Te preguntaras, que coño tiene que ver la una, el otro, y el estado de creación. Sigue leyendo y entenderás.
Durante el tiempo que viene reinando la ley sin humo en los lugares de publica concurrencia , y muy especialmente en los lugares de cita social nocturna, la gente que los visita (yo hace tiempo que deje de ir por necesidades del guión laboral) me comentan,  la peste que se respira desde que el tabaco dejo de visitar estos lugares .
Al parecer las ventosidades, olores corporales y demás fétidos acompañantes, campean a sus anchas . El tabaco servía de ambientador y acababa con toda esta legión de agresores al olfato.
Quien  después de una cena mas o menos fuerte y unas cañas, no ha dejado su firma en el aire de un pub. Al igual,  su axila ha firmado en el éter después de bailar como un poseso los éxitos de Rafaela Carra. Sin olvidar la peste bucal de algunos. Pues todo esto lo tapaba el tabaco. Si, de acuerdo, que ahora a nadie le huele la ropa a humo, pero ¿seguro que la nariz no opina lo mismo?.
Felices olores nocturnos.