La escocesa de 44 años Moira Cameron hizo historia en 2007 al convertirse en la primera mujer que entró a formar parte de la plantilla de los 'beefeaters' o guardianes de la Torre de Londres. Este cuerpo de seguridad con más de cinco siglos de existencia había sido hasta entonces uno de los últimos bastiones varoniles que existían en Reino Unido. Y Cameron lo hizo tras acreditar más de 22 años sirviendo a las Fuerzas Armadas de ese país e imponerse en un concurso a cinco hombres. Confesó el día de su ingreso que entre sus 34 colegas hubo quien le negó el amable recibimiento que cabía esperar, pero lo que no sabía entonces era que tres de ellos iban a hacerle protagonista de un caso de 'mobbing' o acoso moral en el trabajo por su supuesto machismo
A pesar de las desconfianzas de algunos de sus compañeros, en su estreno como 'beefeater' Cameron definía su puesto -remunerado con 29.600 euros anuales- como «un maravilloso trabajo. Te despiertas por la mañana y sabes que vas a tener un bonito día». Es más, el jefe de los 'beefeaters', John Keohane, se mostró «muy contento» por su nuevo «fichaje», y comentó que se trataba de «una jornada histórica».
Pero los días felices parecen haber acabado para ella y el escándalo ha tomado la milenaria fortaleza. En un comunicado, la Torre de Londres confirmó ayer que tres de sus guardianes «son investigados en respuesta a las alegaciones de acoso y dos han sido suspendidos». «Nos tomamos muy en serio ese tipo de acusaciones y nuestra política contra el acoso deja muy claro que eso es completamente inaceptable».
Las autoridades del edificio abrieron una investigación la semana pasada en respuesta a las acusaciones de intimidación. Aunque la Torre de Londres no dio detalles del caso, el diario 'The Sun' informó de que una persona saboteó el artículo sobre Cameron que aparece en la enciclopedia virtual Wikipedia. Es más, un portavoz de Scotland Yard confirmó que «un hombre de 56 años recibió una advertencia» el pasado mes por «el uso inapropiado de Internet».
Según este mismo diario, que cita fuentes próximas a la investigación, los acosadores también dejaron notas desagradables en el casillero de la guardiana y dañaron su espectacular uniforme, que cuesta 1.400 libras (más de 1.500 euros).
En pleno siglo XXI seguimos asistiendo a las rancias creencias machistas, manifestadas en acoso. Aun, para algunos, siguen existiendo templos sagrados de la masculinidad, y aquí en Euskadi, sin ir mas lejos tenemos algunos. Es de todos conocida la tradición de las Sociedades Gastronomicas donde las damas tienen prohibida su inscripción. Y que decir de los Alardes.
2 comentarios:
Lamentable, y desgraciadamente las cosas no cambian tan rápido como sería deseable. Es fácil hacerle la vida imposible a la única mujer beefeater, porque está sola y la hacen culpable de inmiscuirse en un territorio masculino -por lo visto-. A mí lo de las sociedades gastronómicas me dan igual. Es más, en la de mi padre unos listillos no sólo no consiguieron echar a un amigo de mi padre por no haber pedido permiso para que entrara una mujer un día, sino que gracias a aquello, en una reunión, se consiguió lo contrario, que las mujeres a esa sociedad donostiarra entraran el día que les diera la gana. Lo del alarde es para quedarse perplejo. Pero es peor el día a día. Conozco a una chavalita que trabaja las mismas horas que un chavalito y hace el mismo trabajo, pero cobra la mitad, Aún estamos con esas. Un hombre en una fábrica textil es "encargado" y una mujer sólo llega a "coordinadora". ¿Diferencia? El mismo puesto, pero ella cobra menos. El día a día de humillaciones y desprecios es peor. Y luego está esa curia varonil de la iglesia negando a la mujer el que pueda ser dueña de su cuerpo. ¿Por qué? Porque si la mujer puede controlar su cuerpo, su ropa (y no llevar incómodos vestidos, tacones etc) conseguirá una independencia que es un peligro para el varón. ¡Horror! No podremos dominar a las mujeres. Y encima podrán ser Beefeaters. La discriminación del universo machista no desaparecerá aún.
Es una pena que nos vengan con esas cosas a esta altura del partido, verdad?
Besicos
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