miércoles, 15 de diciembre de 2010

EL ATRACO


Todas las tardes Paul se acercaba al café argentino para degustar un café solo, a ritmo de tango. Siempre era agradable escuchar la voz de Gardel mientras leia el periódico.
Aquella tarde, como todas durante los últimos diez años, se sentó en su mesa junto a la entrada y miro por la cristalera. Todo  allí fuera era normal, salvo aquel hombre alto que miraba nervioso su reloj. Tenía la puerta del coche abierta y el motor del coche en marcha .
Era muy extraña aquella estampa que estaba viendo. Justo, frente al automóvil, estaba el Banco General. Coche en marcha, banco, hombre nervioso y puerta abierta," ¡claro están! atracando el Banco”, pensó Paul. Se levanto y con paso nervioso se dirigió a la barra. Hizo participe de lo visto a Paco, el barman.
Sin mediar palabra cogio el teléfono y llamo a la policía. En menos de cinco minutos,  varios coches estaban situados junto a la entidad bancaria y el sospechoso, en el suelo esposado.
Al mismo tiempo, salio del interior del Banco una mujer embarazada con paso apresurado, y se dirigió hacia el vehículo. Sus palabras al ver al hombre en el suelo esposado, fueron demoledoras “que  ha hecho mi jefe, el director del banco. Ibamos al hospital, voy a dar a luz” 

1 comentario:

Belén dijo...

Si es que no se puede, para nada, juzgar ;)

Besicos

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