martes, 15 de junio de 2010

AMORES DE PLASTICO


Había llegado el final para Hannah, el final tras el largo cautiverio. Tras meses de ser usada por Peter, este había decidido deshacerse de ella. Había encontrado un nuevo juguete, más nuevo y mucho más hermoso que Hannah. Hannah vio a Peter abrir la puerta y dejar a su lado dentro de aquel pequeño habitáculo donde la recluía, una gran caja nueva que le recordó como y por qué había llegado ella hasta allí. Algo que ya había olvidado, tal vez victima del llamado síndrome de Estocolmo que poco a poco le hizo ir olvidando lo que era hasta llegar a enamorarse de su propio verdugo. Hacia catorce meses que Peter había llevado a su casa a Hannah. Peter aunque vivía solo en su piso, tenia novia; Sarah. Y aunque normalmente su vida de pareja con Sarah la hacían en casa de ella, alguna que otra vez habían cenado en casa de Peter y después habían hecho el amor y dormido juntos en el piso de Peter, en su dormitorio, apenas a dos metros de donde mantenía escondida a Hannah. Cosa que no preocupaba en demasía a Peter. Alguna vez incluso había pensado en hacer participe a Sarah de sus juegos sexuales con Hannah, pero siempre lo había desechado, posiblemente era algo que ella no llegaría a entender. Mientras tanto, Hannah oía desde su reclusión hacer el amor a Peter y Sarah y comprendía por que Peter la necesitaba a ella a pesar de tener a Sarah; Peter hacia con Hannah todo lo que no se atrevía a pedirle a Sarah que hiciera con él. Cuando Peter hacia el amor con Hannah, ella percibía que Peter ponía más empeño, más interés que con Sarah. Con Sarah era todo más metódico, rutinario, sin embargo con ella era puro fuego, sexo salvaje y eso agradaba y mucho a Hannah. Hannah había sido durante más de un año la esclava sexual de Peter y sin embargo había llegado a enamorase de él, a comprenderlo y hasta disculparlo y ahora él estaba apunto de tirarla a la basura. Hannah lo había comprendido al leer en aquella caja que Peter había dejado a su lado: “Natasha. Asian Realdoll. Realistic solid silicone doll, Sexually functional with three entries, Choose from hair and eye options, All the models are supple-bodied with a soft skin, sleek with a natural glow.”. Una perfecta y hermosa cara de adolescente asiatica se dejaba entrever por una ventanita de perxiglass. Natasha pertenecía a una nueva generación de muñecas de silicona de aspecto totalmente humano contra las que las muñecas hinchables como Hannah no tenían ninguna posibilidad.




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