El 4 de octubre de 1957 la URSS puso en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik, y el 12 de abril de 1961 (ayer se cumplieron 50 años) añadió a los vuelos un pasajero: Yuri Gagarin, el primer hombre que se asomó al espacio. Estados Unidos reaccionó, ocho años más tarde, poniendo al primer hombre en la Luna.
Lo penoso para Gagarin fue volver a la tierra. Se convirtió en un héroe de la URSS, una celebridad, pero comenzó a tener problemas matrimoniales y con el alcohol. Se lesionó saltando ebrio del segundo piso de un sanatorio de Crimea. Le quitaron el permiso de piloto, su oficio antes de la fama, hasta que lo recuperó para morir en 1968 al estrellarse, cuando pilotaba un MIG-15 en un vuelo rutinario.
¿Qué determinó esta serie de desventuras, tras la gran aventura? ¿Le faltó reflexión? El hombre que conquistó el espacio exterior perdió la batalla en su espacio interior.
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